¡Hola, opositores! En esta entrada analizamos una de las materias de Celador sobre la que más preguntas se repiten en los exámenes oficiales: la movilización de pacientes.

Seguid leyendo para profundizar en los principios generales de la movilización de pacientes y la mecánica corporal.


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Visualiza las distintas formas de movilizar un paciente


Esta información os resultará de utilidad también a quienes opositáis a TCAE y Enfermería.

Movilización del paciente: qué es y qué importancia tiene

La movilización de pacientes es uno de los puntos clave en el trabajo de los profesionales sanitarios, concretamente para los Celadores/as, TCAE y Enfermería.

La movilización consiste en la correcta colocación y manipulación de los pacientes para moverlos en la cama, camilla o silla de ruedas. Las técnicas de movilización se emplean tanto en la propia habitación como en el traslado a otras dependencias del centro sanitario.

Conocer los principios de la movilización de pacientes es clave para proteger la seguridad y bienestar de los usuarios y, también, el del personal sanitario.

Por ello en los siguientes apartados analizaremos estos principios y también compartimos con vosotros una serie de consejos de higiene postural para protegeros durante el desempeño de vuestras funciones.

Los beneficios de una postura correcta en la movilización y traslado de pacientes

Recordad que si adoptáis posturas correctas en la movilización y el traslado de enfermos:

  • La espalda no os dolerá
  • Os cansaréis menos
  • Incrementaréis la seguridad del paciente

Para que os queden claro cómo llevar a cabo la movilización de pacientes de manera segura os hemos preparado esta guía en la que recogemos los distintos tipos de traslados de pacientes.

Riesgos por las movilizaciones inadecuadas de pacientes

En el sector sanitario los trastornos músculo- esqueléticos son uno de los principales problemas, siendo la lesión más común dentro del personal que moviliza pacientes debido al esfuerzo asociado a la movilización, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El personal celador tiene un riesgo elevado de padecer transtornos músculo- esqueléticos, en especial en la zona dorsolumbar, debido a diversos condicionantes, tales como:

  • adoptar posturas incorrectas
  • utilizar equipamientos obsoletos
  • levantamientos incorrectos con cargas excesivas
  • contar con un número inadecuado de profesionales o trabajar en espacios limitados, tanto al realizar movilizaciones como al asumir tareas estáticas

Estas lesiones músculo-esqueléticas se pueden producir en cualquier zona del cuerpo, pero son más sensibles los miembros superiores y la espalda, en especial la zona dorsolumbar, incluyéndose lumbalgias, hernias discales o incluso fracturas vertebrales por sobreesfuerzo.

La manipulación de pacientes es, en muchos casos, responsable de la aparición de fatiga física así como de lesiones que se pueden producir bien de forma inmediata o bien por la acumulación de pequeños traumatismos, concretándose tras realizar la movilización de enfermos en periodos cortos y de manera repetida.

Estas movilizaciones exigen una demanda física a la zona lumbar que en algunos casos puede estar cerca del límite máximo de tolerancia de compresión en la L5-S1, en especial los discos intervertebrales, al tener que levantarse totalmente al paciente o parte de su cuerpo.

La mecánica corporal en la movilización de pacientes

La mecánica corporal comprende las normas fundamentales que deben respetarse al realizar la movilización o transporte de un peso, por tanto, es el uso adecuado de nuestro cuerpo cuando trabajamos. La buena mecánica corporal es muy importante tanto para los pacientes como para los profesionales. 

Con una buena mecánica corporal podemos prevenir lesiones o fatigas que puede producir nuestro trabajo.

La mecánica corporal está formada por 3 elementos:

  • La postura
  • el equilibrio
  • el movimiento coordinado del cuerpo.

La postura en la mecánica corporal

La postura significa tener el cuerpo bien alineado y en equilibrio. Cuidando la postura cuidamos nuestro cuerpo en especial los músculos y los tendones.

El equilibrio en la mecánica corporal

El equilibrio se consigue cuando nuestro cuerpo está estable. El cuerpo debe estar bien alineado para conseguir mantenerlo en equilibrio.

Debemos conocer muy bien las posiciones para colocar a los pacientes según sus necesidades. También son muy importantes cuando tenemos que sostener o desplazar objetos.

El movimiento coordinado del cuerpo

Significa que funcionen integrados los sistemas músculo esquelético y nervioso, así como la movilidad articular de nuestro cuerpo.

Conocer todas estas posiciones evitarán lesiones y riesgos para nosotros y para los pacientes. 

12 principios de la mecánica corporal

  1. Intentar mantener siempre la espalda recta.
  2. Buscar siempre el equilibrio de nuestro cuerpo. Apoyar los pies firmemente.
  3. Mantener la carga tan cerca del cuerpo como sea posible, pues aumenta mucho la capacidad de levantamiento
  4. Sujetar con fuerza el objeto.
  5. Pies separados a una distancia aproximada de 50 cm. Uno siempre en dirección al movimiento.
  6. No levantar una carga pesada por encima de la cintura en un solo movimiento.
  7. Levantar los objetos flexionando las piernas. Doblar la cadera y las rodillas para coger la carga. No doblar la cintura.
  8. Deslizar o empujar mejor que levantar.
  9. Evitar girar el tronco del cuerpo mientras se sostiene la carga. Se pierde el alineamiento.
  10. Solicitar siempre ayuda si la tarea supone el mínimo riesgo. Ayuda de otro profesional o ayudas técnicas como la grúa o elevadores.
  11. Protección física. Calzado adecuado. Suelo antideslizante.
  12. De manera orientativa se debe manejar una carga entre dos personas cuando:
    1. El objeto tenga al menos dos dimensiones superiores a 76 cm, independientemente de su peso.
    2. El levantamiento del peso no es el trabajo habitual y su peso es superior a 25 kg.
    3. El objeto es muy largo y es difícil su traslado de forma estable por una sola persona.

Recomendaciones generales en la movilización de pacientes

Existe una serie de recomendaciones a tener en cuenta a la hora de movilizar a los pacientes. Llevarlas a cabo nos ayudará no solo a hacer más ligera la movilización y el traslado, sino también a aportar mayor seguridad al paciente y a nosotros mismos.

Siempre que sea posible utilizaremos medios mecánicos durante la movilización y, antes de proceder a ella, evaluaremos el trabajo necesario y planificaremos su ejecución y los recursos de los que disponemos.

  • Siempre que sea posible utilizaremos medios mecánicos
  • Debemos evaluar el trabajo y planificar la movilización.

A la hora de preparar y planificar la movilización estos son los pasos clave a seguir:

  1. Seleccionamos los medios de ayuda en función del estado y las características del paciente —dependiente o semidependiente, peso, edad, etcétera—, así como de las dimensiones de los espacios de trabajo, los pasillos o las escaleras.
    • Los medios más usuales son:
    • camas y camillas de altura graduable
    • sábanas deslizantes que facilitan los desplazamientos longitudinales
    • deslizadores que ayudan a trasladar al paciente de la cama a la silla o viceversa
    • y el trapecio o las barras de apoyo que permiten al paciente sujetarse con las manos y colaborar en la movilización.
  2. Prepararemos el sitio donde vamos a trabajar apartando todo lo que pueda estorbarnos: sillas, mesillas etc.
  3. Frenamos la cama, adecuamos la altura y colocamos al paciente en la posición adecuada.
  4. Pedimos colaboración de la persona a movilizar. Explicamos al paciente que tenemos que movilizarlo y animarlo que nos ayude en lo que él pueda, siempre teniendo en cuenta su estado. Debemos saber si va a poder ayudarnos o no antes de comenzar.
  5. Comprobamos si es necesario, colocar elementos de seguridad y/o apoyo
    • barandas
    • cojines
    • arco para pies
  6. Nos lavamos las manos y colocamos los guantes antes de la movilización.
  7. Comprobamos que todo lo que está conectado al cuerpo del paciente y tiene que transportarse con él está bien protegido (tubos de sondas o drenaje, vías, etc.)
  8. Iniciamos la movilización

En la movilización de pacientes respetamos siempre los siguientes principios básicos en este orden:

  1. Disponemos nuestros pies de forma tal que la base de sustentación nos permita conservar el equilibrio. Los pies han de estar separados por una distancia equivalente a la anchura de los hombros. Uno de ellos se colocará al lado del paciente y el otro más atrás.
  2. Doblamos las rodillas sin flexionar la espalda. Hacemos uso de los músculos de las piernas en caso de tener que mover o levantar (los músculos más fuertes y mejor preparados) y no con los de la espalda
  3. Contraemos los músculos abdominales y glúteos, estabilizamos la pelvis antes de realizar la movilización.
  4. Espiramos en el momento de la fuerza.
  5. Acercamos el paciente al máximo al centro de nuestro cuerpo.
  6. Levantamos al paciente de forma gradual, suavemente y sin sacudidas.
    • Al empezar a levantar a la persona empujaremos con el pie trasero.
  7. Orientamos los pies en dirección al movimiento que se va a realizar dirigiendo una de las puntas de los pies en la dirección del movimiento y la otra ligeramente flexionada para realizar el desplazamiento con las piernas y no forzar la espalda.
    • No giramos el tronco mientras se está levantando al enfermo, es preferible pivotar sobre los pies.

Para realizar de manera correcta y segura nuestro trabajo lo mejor es:

  • Girar al paciente, moverlo, arrastrarlo o empujarlo, pero teniendo cuidado de no provocar lesiones por fricción en la piel
  • Moveremos al paciente de forma suave y continua. Nunca de manera brusca. Podemos ayudarnos de nuestro cuerpo para facilitarle mayor protección
  • Seguridad en el agarre. Debemos sujetar firmemente a la persona para evitar caídas.
    • Para eso podemos sostener a los enfermos con los antebrazos manteniendo los brazos cerca del cuerpo; con ello se consigue desplazar lo mínimo el centro de gravedad y se requiere menos fuerza para mantener el equilibrio.
  • Ayudarse con puntos de apoyo exteriores y con el contrapeso del propio cuerpo para aumentar la fuerza aplicada al movimiento.

Otras recomendaciones que nos ayudarán a cuidarnos durante la movilización de pacientes son:

  • Solicitar ayuda en situaciones difíciles, por ejemplo, en la manipulación de enfermos totalmente dependientes. En caso de realizar la actividad con otros compañeros es importante coordinarse durante la movilización. Uno de los profesionales debe dirigir la tarea.
  • Utilizar ropa de trabajo que no moleste para realizar movimientos y un calzado seguro, que sujete bien el pie y sea antideslizante.
  • Al igual que en la manipulación de cargas es importante alternar estas tareas con otras que requieran menor carga física, la rotación con otros compañeros y realización de pausas cuando sea posible.
  • Cuidar la postura en la vida diaria. Practicar estiramientos y ejercicio acorde a vuestra condición física.

En este cartel tenéis las recomendaciones más importantes para movilizar correctamente a los enfermos.

Esquema con dibujos de personal sanitario en diferentes situaciones vinculadas a la movilidad de pacientes y los principios de mecánica corporal
Imagen tomada de Manual de PRL del INGESA 

¿Tenéis dudas? Probablemente ya las hayamos resuelto en nuestro centro de ayuda. Si no encontráis vuestra pregunta aquí, escribidnos a [email protected] o llamadnos al 919040798 y os ayudaremos.

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